Seleccionar un buen servicio de hosting es una decisión clave para el rendimiento de un sitio web. Un hosting de baja calidad puede generar caídas constantes, lentitud y problemas de seguridad, afectando directamente la experiencia del usuario.
Para elegir correctamente, hay que evaluar varios factores. Primero, la velocidad. Un servidor rápido garantiza tiempos de carga adecuados «desde el origen». Segundo, la estabilidad: buscar un proveedor con al menos un 99.9% de uptime asegura que el sitio estará disponible la mayor parte del tiempo.
La seguridad es otro punto importante. Los buenos hostings incluyen protección contra ataques, certificados SSL y copias de seguridad automáticas. Asimismo, el soporte técnico debe ser eficiente y estar disponible en horarios amplios.
El tipo de proyecto también determina el plan necesario. Un sitio pequeño puede funcionar en hosting compartido, mientras que proyectos más complejos pueden requerir VPS o servidores dedicados. Elegir un hosting adecuado mejora la experiencia del usuario y contribuye al posicionamiento.
